En Japón, a veces llaman a las muñecas sexuales «Dutch Wives», porque la muñeca sexual más antigua se atribuye a los marineros holandeses del siglo XVII que ya usaban muñecas de tela para aliviar el deseo sexual durante los largos viajes por mar. Las muñecas sexuales tienen al menos un orificio penetrable (boca, vagina o ano) o una parte del cuerpo que tiene la función de inserción o penetración (lengua o pene). Hoy en día, el uso de muñecas sexuales está en auge, especialmente en regiones desarrolladas como América, países europeos y Japón.
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